Historia del Palacio de Justicia

La reina Doña María Bárbara de Braganza, esposa de Fernando VI, concibió la idea de fundar este edificio como un colegio-residencia para la educación de nobles doncellas. Además, debido a la frágil salud de Don Fernando, preparó el convento como refugio ante una posible viudedad. El destino sin embargo, no quiso que así fuera, ya que Doña Bárbara fallecería un año antes que su consorte.

Volviendo al Palacio, el arquitecto elegido para la realización del proyecto fue Francisco Carlier, hijo del artista francés René Carlier, diseñador de los jardines del Real Sitio de La Granja. Las obras fueron dirigidas por el aparejador Don Francisco Moradillo, fiel seguidor de las directrices de Carlier y de su personal estilo. El 26 de junio de 1750 se coloca la primera piedra, concluyéndose el conjunto en diciembre de 1758, una proeza para las técnicas de construcción de la época. Se dice que Carlier, agotado por el esfuerzo que supuso la construcción del monumental recinto en tan corto espacio de tiempo, enfermó retirándose a Francia donde murió dos años después.

El Convento de la Visitación, fue regentado por la rama femenina de la Orden de San Francisco de Sales, por lo que es más conocido como el Convento de las Salesas Reales. Es uno de los últimos y más interesantes ejemplos de convento que fue a su vez Palacio Principesco, al igual que el Monasterio del El Escorial.

1870 se firma el decreto de exclaustración y el convento se transforma en Palacio de Justicia, trasladándose allí algunos juzgados. Pero en 1915, un pavoroso incendio destruye casi por completo el convento y el viejo Palacio Real, salvándose la Iglesia milagrosamente de la catástrofe. El arquitecto Joaquín Rojí, comienza el proyecto de reconstrucción con el encargo de levantar un verdadero palacio de Justicia con empaque nacional, en línea con los existentes en el resto de Europa. Rojí supo conservar la esencia del viejo monasterio manteniendo la estructura interna de patios y galerías e inspirándose en el estilo dieciochesco que tanto gustaba a la reina fundadora. Este Palacio es una de las obras arquitectónicas más características de la ciudad de Madrid tanto por su belleza como por su historia. Bienvenidos al Palacio de Justicia del Tribunal Supremo.